sábado, 30 de marzo de 2013

Releyendo en Visor a Luis Rogelio Nogueras


Sesenta y cinco modos de jugar... Al sexo, pero sobre todo al verso”(Ángela Jiménez)
(NOGUERAS, L.R.., Hay muchos modos de jugar. Antología poética, Madrid, Visor, 2007 (1ªed.).

El poemario erótico de Luis Rogelio Nogueras editado en 1990, da título a esta cuidada antología elaborada por Jesús García Sánchez, director de la Colección Visor de poesía; sesenta y cinco textos de entre 8 trabajos que en este 2007 testimonian la pervivencia de una sensibilidad y agudeza privilegiadas como lo fueron las del versátil cubano.
En la elección de este vitalista ejercicio de estilo como cabecera de un repaso a toda la trayectoria lírica del autor, percibimos no sólo el relieve de la obra en concreto y lo mucho que ésta dice acerca de la actitud libre, limpia (exquisito descaro) que el mismo tuvo ante la poesía, sino un agudo “juego” con el que su editor revela qué fue la creación para Nogueras: plurimorfismo e ingenio, nunca faltos de la más incesante profundidad. Puro acierto, a pesar de la perpetua herida de verso que siempre supura en una poesía combatiente a todos los niveles, incisivo auto-re-conocimiento y desnudez retórica. En cuanto a la ideología, aunque rotunda, late sutil, abre fuego sin que arda de muerte el verso.
Esta antología nos permite conocer el porqué de esa luminosidad vencedora sobre la distancia inasible entre pálpito y cadáver; su genio, particular quásar, perdura en esos versos- antorcha que cada lector portará, si se deja, como elixir primario. Pervive el resplandor entre compañeros y lectores anónimos, a pesar de volverse mate cuando la memoria nos dice que Wichy y sus versos futuribles nos abandonaron demasiado pronto, con 41 años, sepultándolo un 6 de julio de 1986 entre celulosa y tinta boquiabierta, descenso unánime de párpados ante la marcha de quien llegó ya siendo cumplimiento y no promesa. El Rojo, osado y frustrado, dejó su libro en la mesilla, una vez más, para rescatar a Pavese, en el último ocaso-kamikaze que lo arrastró consigo.
Se licenció en lengua y literatura española e hispanoamericana, fue novelista, dibujante, periodista, jefe de redacción, locutor, investigador, editor y, un devoto cineasta de proyección internacional... Esta intensidad con la que supo saborear-más que devorar- el arte, su apasionamiento trepidante pero siempre sacrificado, minucioso, se hacen aquí carne de verso (su obra para García Sánchez no es más que una reproducción(...)de su vida). No olvidemos que para él la poesía empieza en todas partes/ y termina siempre en los papeles.
Así, de entre los textos que componen este serpenteante mapa de carreteras, asistimos a una permanente actitud de búsqueda creativa que sin embargo suele respirar en paralelo al plano de lo cotidiano. Salutación de la poesía, venga amable o desenvainada; presencia de esa mujer desnuda y en lo oscuro o del poeta que expira... Éxtasis y caída, todo ello en un verso-rayuela (Julio fue eterna inspiración), definido por su consciente indefinición, verso-reverso, a un tiempo, fiesta de la palabra y emoción honda. Este “Big Bang!” literario (genial poema onomatopéyico)es el enfrentamiento valiente, mítico, a la ira divina de una lírica ya fósil que innoblemente se mimetiza pero también a las roturas de alma, banales o terminales que sufre el hombre per se.  La distancia que le procura el humor le permite planear sobre el falaz verso sin fisura, inexistente pero además rechazado, la poesía es inmersión en mitad del océano. Por eso, disfraza al lenguaje de elegante sátiro, asume ser en su propia metamorfosis, hacerse lógico en el caos del absurdo, sin olvidar jamás la tremenda humanidad que le es inherente.
Esta antología imprescindible, deshace, hoy, lo que su artífice no pudo: El entierro del poeta. Por lo demás, Luis R. tenía razón: hay muchos modos de jugar si uno es cabeza de zanahoria; cruzando las 15 vidas del caminante o resolviendo si hace falta el último caso del inspector... Siempre que ese juego sea pura imitación de la vida aunque ésta nunca sea nada del otro mundo porque sólo así las palabras vuelven con la forma de las cosas que vendrán. Palabra y vida, tormentas, sí, pero de ideas, eso fue todo, un clásico prematuro a reivindicar cuando sea oportuno y también inoportuno... Nogueras, Wichy, El Rojo, como aquel trovador ficticio de su poema, quemó su vida por los dos cabos;/alumbró más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario